Sólo tuve tres peces hasta hoy en mi vida.
El primero se llamó Joe, por eso de Joe Cocker y su 'cry me a river'. Del azul ultramar al tuquesa recorría su cuerpo hasta su larga cola. Puede que los peces no tengan memoria, tan solo un corto recuerdo de tres segundos, pero cuando llegaba a casa después de una larga jornada Joe agitaba las piedras blancas junto a las conchas que en un verano pasado traje de Menorca.
Murió cuando se me acabó el amor.
Y como los peces, tan solo en mi memoria quise un recuerdo fugaz de tres segundos.
El siguiente fue Serge, que nacía de un azul añil para morir en rojo coral.
Como Serge Gainsbourg estuve perdida en una espiral 'chanson',
llegó a mi vida entre alcohol, noches, colillas en el suelo y poco olvido...
como los peces quise recuerdos de tres segundos,
como un poeta maldito.
Compré una pez que llame Birkin, para que no estuviera solo en su corta vida.
Al poco tiempo Serge moría enfermo, causado por una bacteria...o tal vez como Serge, fue la mujer que le destrozó el corazón al divorciarse, aunque nunca lo abandonó.
Jane Birkin ahora nada sola, entre aquellos recuerdos de un verano que tan solo duró tres segundos...como los peces, tan sólo tres segundos.
